- Miedo al ridículo: «Tengo miedo de hacer el ridículo frente a los demás y no quiero quedar mal.»
- Inseguridad sobre su capacidad: «No soy bueno hablando en público, me pongo nervioso y tartamudeo.»
- Experiencias previas negativas: «Una vez me fue mal en una presentación importante, y desde entonces evito hablar en público.»
- Falta de confianza en su voz: «Siento que mi voz no es lo suficientemente fuerte o clara para captar la atención.»
- Preocupación por el contenido: «No sé cómo estructurar mis ideas de manera que sean claras y persuasivas.»
- Bloqueo mental: «A menudo me quedo en blanco cuando estoy frente a una audiencia, y no sé cómo evitarlo.»
- Temor a las críticas: «No quiero recibir críticas negativas o parecer incompetente frente a mis colegas o jefes.»
- Dificultad para conectar con la audiencia: «Siento que no logro captar la atención o interés de las personas cuando hablo.»
- Falta de tiempo: «No tengo tiempo para practicar o mejorar mis habilidades de oratoria debido a mi trabajo y otras responsabilidades.»
- Desconocimiento de técnicas avanzadas: «Sé hablar en público, pero quiero mejorar y no sé cómo dar ese siguiente paso.»